Sevilla y la ardua tarea de dedicar un monumento a Gustavo Adolfo Bécquer 

Sevilla y la ardua tarea de dedicar un monumento a Gustavo Adolfo Bécquer 

Desde el momento de la muerte de Gustavo Adolfo Bécquer en 1870, la ciudad intentó en varias ocasiones dedicarle un monumento para mayor gloria del escritor sevillano. Pero no fue un camino fácil. Tuvieron que pasar muchos años hasta que en 1911 se hiciera realidad la construcción de un monumento gracias al patrocinio de los Hermanos Joaquín y Serafín Álvarez quinteros.  Pero éste no fue el único intento que se llevó a cabo en todos estos años, aunque sí el único que llegó a buen puerto. 

Retrato de Gustavo Adolfo Bécquer de Salvador García Barbudo

Uno de los protagonistas fundamentales que  comenzó con la idea de hacer un homenaje fue José Gestoso y Pérez ya que era un gran admirador del poeta. Tal fue la admiración que le motivó a encargar un retrato de Bécquer al pintor Salvador Sánchez Barbudo, en 1879 para que figurarse el la galería de sevillanos ilustres de la Biblioteca Capitular-Colombina. De acuerdo con el encargado de la Biblioteca José María Fernández y del capitular bibliotecario, Evaristo de la Riva, el cuadro se colgó en la galería a finales de 1879. Pero desgraciadamente fue retirado ya que por los sectores más ultracatólicos de la ciudad consideraban que allí solo podrían colocarse retratos de sevillanos ilustres católicos y ortodoxos a carta cabal. Y por lo visto, Bécquer no era considerado como tal. 

Cuando José Gestoso se enteró de la noticia convocó a los más destacados representantes de la prensa  y las artes hispalenses  para reclamar una rectificación. Pero todo fué en vano. los antagonistas de la historia, el jesuita Juan Bautista Moga y El bibliotecario, Evaristo de la Riva, que persuadido por el primero cambió de opinión, ganaron de momento la partida. José Gestoso reclamó el retrato y lo envió en depósito a la Biblioteca de la Sociedad Económica de Sevilla , de donde, finalmente, volverá a la Biblioteca Colombina en 1909. Entre tanto, Salvador Sánchez Barbudo hizo otra copia del retrato de Bécquer y fue enviado la universidad de Sevilla la que sí aceptó rendir ese homenaje al poeta. El retrato fue ubicada en el edificio de la universidad de la Calle Laraña y después pasó al actual Rectorado, en la Fábrica de Tabacos ( hoy día en depósito) 

A pesar de los muchos detractores que pudieron encontrar, lo seguidores de Bécquer continuaron con la labor de rendir homenaje al poeta Sevillano, en 1881, se rotuló con su apellido una calle de sevilla, situada  frente a la zona de la Barqueta, un lugar asiduo  por Bécquer en su adolescencia. Aunque, es cierto que la ubicación, para nada, fue del agrado de los promotores. 

Estos admiradores  continuaron con sus empeños y en 1884 por medio de una suscripción pública llevada a cabo por la Sociedad Económica se plantea erigir un monumento en honor de Bécquer y colocar una lápida en la casa natal del poeta en la calle conde de Barajas.  Hacia el otoño de 1885 se activan las gestiones y se proyecta la inauguración de un monumento el 22 de diciembre del mismo año, coincidiendo con la conmemoración de su fallecimiento. Se había elegido el margen izquierdo del río, intentando respetar los deseos del poeta. Pero las gestiones ante el ayuntamiento se prolongaron en el tiempo. Una crisis en el cabildo , un escándalo económico y posterior dimisión de 18 concejales y una epidemia de cólera no favorecieron que, tan ansiado homenaje, se llevara a cabo. 

Un nuevo viento favorable, el 28 de marzo de 1886  otro nuevo proyecto. El boceto del monumento llegó desde Roma, donde Antonio susillo estaba pensionado. Tanto el espacio elegido para su ubicación como la factura del Boceto intentaban hacer real la descripción que  Bécquer había imaginado en la carta III de  Desde mi celda “soñaba que la ciudad que me vio nacer  se enorgulleciese con mi nombre , añadiendo al catálogo de sus ilustres hijos, y cuando la muerte pusiese en término a mi existencia, me colocasen , para dormir el sueño de oro de la inmortalidad, a la orilla del Betis,  al que yo habría cantado en odas magníficas, y en aquel mismo punto adonde iba tantas veces a oír el murmullo de sus ondas. Una piedra blanca con una cruz y mi nombre serían todo el monumento “ y efectivamente, una cruz gótica sobre el pedestal era la pieza cardinal del monumento previsto. Gestoso añade el detalle del adorno floral  “ una cruz gótica por entre cuyas filigranadas tracerías treparían las pasionarias y las campanillas, levantada sobre gradería de planta octogonal, con un medallón en bajo relieve conteniendo el busto del poeta”. Aunque la realidad volvió a malograr el sueño. las obras se retrasaron tanto que no se llegó nada más que a disponer del terreno. Parece ser que las subvenciones no se hicieron y la escasez de fondos las paralizó.

Entre 1886 y 1887 se llevarán a cabo nuevos homenajes- El 9  de enero se llevará a cabo  una misa solemne en memoria del poeta que tuvo lugar en la Iglesia de San lorenzo, donde se había bautizado,  a las 11 de la mañana  con amplia participación de autoridades y representantes de la cultura Sevillana y a las 2 de la tarde se colocó la primera piedra del monumento a orillas del río en el entorno de la Barqueta. De Nuevo José Gestoso seguía en el empeño de rendir tan ansiado homenaje. La gala estuvo repletas de discursos y lecturas de poemas del poeta. Luego, y precedidos por la banda del Regimiento Soria, autoridades escritores y artistas y público general se trasladaron a la calle Conde de Barajas donde se descubrió una lápida  que conmemora su nacimiento. 

Pero el tiempo pasa y el monumento sigue sin ver la luz. otra de las acciones llevadas a cabo fueron veladas literario-musical en el Teatro San Fernando de Sevilla pon el propósito de recaudar fondos para sufragar los costes del monumento.

Pero Sevilla sigue sin el monumento conmemorativo. De repente en 1901 surge otro proyecto, un nuevo diseño monumental de Rodrigo de Figueroa, marqués de Tobar. Presentó el monumento a Bécquer en la exposición Nacional de de Bellas artes y recibió una consideración de segunda medalla. Lo que este monumento representaba era sobre una gradería de planta cuadrada , aparecía la efigie de Bécquer , sentada y pensativa en los escalones superiores y , junto a él , en pie , una alegoría femenina, representando a la Musas de la Poesía Lírica , Erato. Pero nuevamente un monumento fallido. 

Hermanos Álvarez Quintero antes de la inauguración

No será hasta 1911 cuando Sevilla logre hacer realidad el monumento. Esta vez serán los hermanos Serafin y Joaquin Álvarez Quinteros los que van a abanderar este proyecto. Para cubrir los gastos cedieron los derechos de una pieza dramática escrita para la ocasión: La rima eterna y una subscripción pública nacional con el mismo objeto. El 23 de noviembre de 1910 se estrena en el madrileño Teatro Lara con un rotundo éxito. El empresario del teatro cedió todos los beneficios al proyecto. El conjunto escultórico fue encargado a Lorenzo Coullat Valera, curiosamente discípulo de Susillo,. Para este proyecto la ubicación original en la orilla del río cambió al emplazamiento actual en el parque de María Luisa. Finalmente el 9 de diciembre de 1911 el monumento fue inaugurado. El programa de la inauguración comenzó con un espectáculo en el teatro Cervantes de Sevilla, repleto de público y con amplia representación de políticos y miembros de la sociedad y cultura de Sevilla. Todo había sido cuidadoso preparado por los hermanos Álvarez Quintero junto a la actriz María Guerrero y su marido Fernando Díaz De Mendoza.   La función  empezó a las  3 de la tarde con una sinfonía, tras la que se representó “ El sueño de la Ensoñadora”, epílogo de la La rima eterna e interpretada por Maria Guerrero que fue interrumpida varias veces por los aplausos del público. 

Un vez finalizada la representación salieron en dirección al parque, donde ya esperaban desde la mañana mucho público y algunas autoridades. A las cuatro, los Quinteros firmaron el acta de entrega del monumento la ciudad de Sevilla. Al fin Sevilla tuvo el monumento para glorificar a uno de sus poetas más célebres, Gustavo Adolfo Bécquer. 

Inauguración Monumento

Para José Gestoso, que sentía gran alegría por la ejecución del monumento, esta conmemoración no dejó de tener un sabor agridulce, ya que, después de tantos años de trabajo, los nuevos mecenas del monumento no contaron con los antiguos promotores, los que lucharon contra viento y marea para glorificar a Gustavo Adolfo Bécquer.  

BIBLIOGRAFÍA: La construcción del mito Bécquer: el poeta en su ciudad, Sevilla,  1871-1936 . Marta Palenque. 

Foto portada:  Antonio Marín Segovia

Autor: Óscar Hernández Martínez